El recortador Noel Ribera se alzó el pasado domingo campeón del concurso de recortadores de la Feria de la Magdalena 2024, celebrado en la plaza de toros de Castellón. Con la plaza abarrotada hasta la bandera, y frente a un serio encierro de Lupi, Noel dio una auténtica exhibición de cómo entender, templar y cuajar a los toros a cuerpo limpio. Puso a la plaza en pie en varias ocasiones con extraordinarios recortes, y finalmente logró un triunfo, que significa un sueño hecho realidad. Hoy, unos días después de esa importante victoria, Arribes Taurinas habla con Noel Ribera sobre lo vivido en Castellón.
P. Te has alzado campeón del concurso de recortadores de La Magdalena 2024. Un triunfo que, sin duda, recompensa un largo camino de esfuerzo y sacrificio… ¿Cómo te sientes y qué supone este triunfo para ti?
R. Estoy asimilando aún lo conseguido. Es toda una vida asistiendo a ver este concurso, desde que era un niño, y el valor sentimental que supone para mí es muy fuerte. Mis padres mejor que nadie saben de lo que hablo.
P. A pesar de que en años anteriores ya habías cuajado grandes actuaciones, lo sucedido el pasado domingo no se queda atrás. Se vio a un Noel Ribera entregado desde el principio, entendiendo a sus dos toros, mostrando una notable firmeza con ellos y conectando en todo momento con los tendidos. ¿Cómo viviste esa mañana? Háblanos de los dos toros que te tocaron en suerte.
R. Como he mencionado anteriormente, Castellón es donde me he criado viendo festejos desde niño, y con lo vivido en ella desde dentro de la competición aún le hace más especial para mí, de manera que afronté este día con el fin de alzarme campeón. Me siento muy querido y sabía que si yo me entregaba, la afición iba a responder.
El toro de la fase comenzó con mucha movilidad sin llegar a querer emplearse, muy suelto a su aire marcando que no quería mucha pelea pero con una cosa importante: no le vi maldad. Soso sí era, pero no tuvo maldad, así que intenté acoplarme a él de la mejor manera que pude. Después con el toro de la final sí que podría hablar de un toro mucho más exigente, partiendo de la presentación… Un toro con mucha cara, veleto y con mucha longitud de pitón. De comportamiento ya mostró desde el inicio que tenía más raza, tenía genio, que sabía medir distancias siendo reservón, y que salía con mucho disparo. Conseguimos lidiarle bien y hacerle meter la cara, que era lo importante.
P. Tras la victoria, no solo has recibido el cariño de los aficionados, sino también de muchos compañeros. ¿Te sientes arropado y respetado, tanto por la propia afición, como por tus compañeros en este caso? ¿Sientes que este triunfo ha sido un golpe en la mesa para demostrar a dónde quieres llegar?
R. Tras ganar lo que más satisfacción me ha dado son las felicitaciones de muchos maestros del recorte de otros tiempos. Me ha dado mucha alegría sentirme valorado por ellos, y también por los propios compañeros con los que al final después de compartir tantos momentos todos nos tenemos cariño. De una manera u otra, nos jugamos todos la vida y eso nos une mucho independientemente de la competición.
Alzarme campeón en Castellón no me lo tomo como que sea un golpe en la mesa, soy una persona en mi día a día muy nerviosa, pero hablando de la competición me lo tomo con mucha tranquilidad. No soy nada ambicioso, y muchos años atrás me faltaba ser más competitivo, pero en esta última temporada, la de 2023, sí que fui cambiando mi mentalidad. La vida son etapas, empezó a nacer de mí y me propuse tratar de pelear por ser más competitivo, y así tener más hambre de victoria.
Este 2024, siempre con los pies en la tierra, creo que lo voy a intentar afrontar como el 2023, pero sin volverme loco, disfrutando del toro que es lo importante. Si no disfrutas, nada tiene sentido.
P. Han sido años de muchas satisfacciones pero también con algunos baches en el camino, como han sido los percances. Ahora que llega un triunfo tan importante como el de Castellón, ¿merece la pena todo ese sufrimiento, sacrificio, esfuerzo…? ¿Qué dirías a los jóvenes que hoy sueñan con ser recortadores?
R. El toro me da la vida, no de ahora, desde siempre. Aunque no hubiese llegado este triunfo volvería a repetir todos los momentos buenos y malos, porque el balance es positivo y se llama felicidad. Hay gente que con las motos, con el fútbol, con la pesca, con otros deportes y aficiones son muy felices pero yo si no existiera el toro viviría en una depresión, estoy seguro de ello. Podría buscar entretenimiento haciendo otras cosas, pero el toro es magia, da algo diferente. Me despierto pensando en toros y me acuesto pensando en toros.
Me atrevo a decir que de todas las preguntas que me puedan hacer, ésta es la más difícil de todas. Necesitaría una hora para argumentar lo que les diría a los jóvenes que sueñan con ser recortadores, pero voy a intentar hacerlo breve. Ser recortador o rodador a nivel del toro en la calle y de los concursos de recortadores es algo muy bonito, pero hay que mentalizarse mucho de los riesgos que conlleva, eso es esencial. Y después pienso que tiene que ser algo que nazca, no forzarse a algo en lo que uno no está a gusto. El que decida iniciarse en esto debe salir desde dentro de su corazón. La afición al toro tiene que ir bien marcada desde niño, desde el momento que uno empieza a jugar a toros en los recreos del cole, empieza a asistir a festejos, a jugar con los carretones, seguido de las primeras capeas…
Por último añado las dos cosas que más me han servido a mí en mi proceso de aprendizaje: asistir a ver muchos festejos, y la más importante de todas, escuchar y dejarse aconsejar por la gente mayor.