Bajo un sofocante calor y con los tendidos maestrantes llenos hasta la bandera dio comienzo el esperado ciclo ferial de San Miguel en Sevilla. Reapareció Morante tras varias semanas de baja, y le recibieron con cariño los aficionados sevillanos que le obligaron a saludar al finalizar el paseíllo, compartiendo éste la ovación con sus compañeros de terna. No tuvo suerte el de La Puebla, que hizo rugir a La Maestranza con un puñado de verónicas al desfondado primer toro, al que también recetó un quite por chicuelinas de gran calado. Se vino abajo el de Matilla en el último tercio, y pronto se diluyeron las esperanzas de que aquello rompiera. Frente el cuarto, justo de raza y fuerza, no tuvo opción. El toro de mejor condición se lo llevó Manzanares. El segundo de la tarde fue un toro incierto pero con interés, fondo y transmisión. La faena de Manzanares, que tuvo un importante inicio por bajo, fue de más a menos, sin terminar de cuajar al toro. Más firme con la mano derecha, pero sin poderle con la izquierda, Manzanares planteó una faena basada en la ligazón y el toreo circular. Falló con la espada y todo quedó en una ovación en el tercio. Frente al quinto, noble pero soso y con el fondo justo, se mostró correcto y se vio obligado a abreviar. Cerró la tarde Pablo Aguado, que cuajó la faena más importante de la tarde, cortando una oreja al noble tercero. Se entregó por verónicas Aguado en el recibimiento, para posteriormente parar los relojes por chicuelinas y una gran media en su quite. En la muleta, a pesar de que el toro no fue fácil y se vino a menos, Aguado selló un templadísimo inicio de faena, toreando muy despacio y con varios remates que pusieron en pie a La Maestranza. Posteriormente, y con el toro más allá del tercio, el sevillano toreó a placer con ambas manos, templando siempre sus nobles embestidas y sacando todo lo que tenía dentro el animal. Alargó la faena en un variado pero destacado final, antes de dejar una estocada efectiva. Con el sexto, al que se protestó por su poca fuerza, tan solo pudo mostrarse correcto y dispuesto. Fue despedido bajo una fuerte ovación, y su tarde dejó con ganas de más. Hoy, la corrida de Matilla no cumplió con las expectativas y dificultó el lucimiento de la tarde. Mañana será otro día.