ARRIBES TAURINAS

Vista Alegre ‘llora’ al grito de “¡Juli, Juli, Juli!” en una tarde sin espadas

Imagen: @torosenbilbao

Al grito de “¡Juli, juli, juli!” se despidió Vista Alegre del torero madrileño. En la tarde de su adiós en Bilbao, y bajo un gran ambiente en los tendidos, El Juli no se dejó nada en el tintero; al revés, cuajó dos faenas destacadas frente al mejor lote de un variado encierro de Victoriano del Río. Frente al primero, aunque le costó en un principio ‘cogerle el punto’, terminó haciéndole romper por abajo y dejó varios series meritorias y de buen trazo. La espada se llevó un posible trofeo. Sin embargo, frente al cuarto, un toro de buena condición hasta que se rajó, sí logró cortar su última oreja tras una generosa concesión de Matías después de un pinhazo previo. La faena, pasada por agua, fue intensa aunque terminó yendo a menos. No obstante, hubo muletazos largos, profundos y de gran calado en los tendidos. Emocionante adiós de El Juli, que disfrutó del cariño de la afición bilbaína durante toda la tarde, también con ese ‘aurresku’ de honor para despedirle (antes del paseíllo).

Acompañaron al madrileño los diestros Paco Ureña, con una gran trayectoria en Bilbao, y Roca Rey, el torero más taquillero de los últimos años en esta plaza. Al murciano, el fallo con el descabello frente al manso segundo le ‘robó’ una oreja. La faena, algo desordenada pero con de gran importancia, tuvo muy buenos momentos, especialmente con la mano izquierda. También con la derecha se abandonó Ureña, toreando templado y entregado. Así quiso torear también al noble pero manso quinto, y lo consiguió por momentos, aunque finalmente un puñado de pinchazos se llevara otra posible oreja. Aún así, Ureña recibió el respeto de Bilbao con dos fuertes ovaciones en el tercio.

Cerró la tarde Roca Rey. En tercer lugar, se lidió un toro tremendamente complicado y exigente. Un toro de los que te hacen sudar. No lo pasó bien el diestro peruano, que se vio desbordado en las primeras tandas, hasta luego tratar de someterlo con la mano derecha (con más éxito que con la izquierda). Fue silenciado. Sin embargo, la faena al sexto sí tuvo mayor repercusión en los tendidos, y también mayor importancia. Tras un inicio con sobresaltos y varios cambiados por la espalda, Roca se gustó toreando con ambas manos, ligando y llevando largo al de Victoriano. Fue un toro con posibilidades, con nobleza y cierta clase, pero que terminó viniéndose abajo como el resto de la corrida. El pinchazo inicial y una estocada muy baja hizo que Matías negara la oreja, y todo quedara en una simple ovación en el tercio.

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