El matador de toros Sebastián Castella ha desorejado al cuarto toro de la tarde en la décima corrida de la feria de San Isidro 2023. A pesar del molesto viento, Castella cuajó una importante faena que comenzó por estatuarios. Sin moverse ni un ápice. Con muchísimo valor. Jugándose el tipo. Tragándole y consintiéndole, hasta rematar por bajo la serie, y cerrar con un templado pase de pecho. Siguió toreándolo el francés con la mano derecha con ligazón, empaque y firmeza. Salvo algún enganchón, influido también por el viento, Castella logró imponerse al toro. Al natural, la primera tanda fue soberbia. Extraordinaria. Puso Madrid en pie llevándolo muy largo, y toreando muy despacio. En el final de faena, un par de tandas templadas por ambas manos y un meritorio cierre por manoletinas pusieron un broche de oro a la faena más rotunda de la feria hasta el momento. Se tiró con todo a matar, haciendo la suerte muy despacio y matándolo en buen sitio. Dos orejas merecidas y Puerta Grande para Castella. El toro, de nombre “Rociero” y herrado con el número 87, fue ovacionado en el arrastre por su buen juego. El de Jandilla mantuvo el interés hasta el final, con embestidas encastadas, con calidad y buena condición por ambos pitones. Toro muy importante. Anteriormente, Castella no encontró el lucimiento con un primer toro justo de fuerzas, a pesar de la nobleza que tuvo por ambos pitones.
Por su parte, José Mari Manzanares no terminó de aprovechar otro buen toro, que hizo de segundo y todo se quedó en una generosa ovación. Frente al quinto, se topó con toro venido a menos y falto de empuje que imposibilitó el lucimiento. Pablo Aguado fue silenciado ante el peor lote del encierro.