ARRIBES TAURINAS

¡Larga vida a José Escolar!

Imagen: Plaza 1

Si había dudas, decepción, desilusión y tristeza en los tendidos venteños por lo ocurrido en los primeros días de la feria, hoy José Escolar nos quitó todas las penas. ¡Qué ganadería! ¡Qué tarde! Hoy nadie se aburrió. Hoy nadie salió indiferente. Hoy seis toros, bien presentados y acordes a la seriedad de Madrid, pusieron la emoción que había faltado en días anteriores. ‘Cartelero’ fue la gran obra de José Escolar en la tarde de hoy, uno más en su importante trayectoria venteña, que fue premiado con la vuelta al ruedo. Si bien hubo algunas protestas porque al toro no le lucieron en el caballo, ni le picaron como merecía, éste se arrancó con alegría y quiso empujar con buenas formas en el caballo. Además, ‘Cartelero’ tuvo importancia desde su salida, y sacó un gran fondo en el último tercio. Sus embestidas fueron extraordinarias. Haciendo prácticamente el avión por el pitón derecho. Con gran humillación, clase y calidad, también por el izquierdo. Un ‘torazo’ para reventar Madrid, y cortarle las dos orejas. Estuvo bien con él Gómez del Pilar, dejando un par de tandas muy templadas con la mano derecha. También hubo remates llenos de torería, y la primera parte de la faena tuvo momentos muy destacables. Entregado y muy dispuesto, el torero sufrió un susto en el inicio de la faena pero pronto se repuso y cuajó una faena que, aunque fue meritoria y merecedora de la oreja, dejó la sensación de que había toro para más. Especialmente en el último tramo de la faena. ‘Cartelero’ tuvo muerte de bravo. Como lo que fue. Un toro bravo.

El otro gran protagonista de la tarde fue Fernando Robleño. Tras su inolvidable faena en Madrid el pasado mes de septiembre, también con un toro de José Escolar, Robleño volvió a cuajar una tarde tremendamente seria e importante. Su faena al segundo toro, muy complicado y exigente, tuvo un mérito descomunal. Robleño tragó muchísimo al toro desde el inicio de la faena. Se jugó la vida y logró ir metiendo al de Escolar en la muleta, robándole un puñado de tandas más que logradas y lucidas. La espada le volvió a robar un trofeo de ley, pero Madrid le ovacionó con cariño y profundo respeto, como también hizo después de que éste volviera a fallar con los aceros frente al cuarto toro. Faena de menos a más, con una extraordinaria tanda por naturales justo antes de darle muerte. Robleño volvió a poner a Madrid en pie en repetidas ocasiones y la afición se quedó con ganas de volver a verlo pronto.

Por su parte, Domingo López Chaves se despidió de Madrid con dos faenas llenas de disposición y esfuerzo. Sufrió un susto sin consecuencias durante la faena a su primer toro, y recibió una ovación en el tercio después de darle muerte. Frente a su segundo, sólo pudo reivindicarse. Su lote no fue el más lucido, pero el encierro en su conjunto tuvo interés, emoción e importancia. ¡Larga vida a José Escolar!

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