La capea matinal en Ciudad Rodrigo (Salamanca) contó con la suelta de tres de los seis toros de la ganadería de Villanueva, que habían protagonizado anteriormente el encierro a caballo. El primer astado soltado protagonizó una salida con fuerza, barriendo las tablas y resultando suelto en esos primeros compases. Sin embargo, poco a poco fue templándose y fue a más. Tuvo movilidad, prontitud y nobleza el de Villanueva, que permitió disfrutar a cuerpo limpio a los recortadores. En la muleta, le faltó mayor humillación y codicia. Se vieron grandes detalles, especialmente al quiebro. El segundo toro fue otro ejemplar con opciones e interés, a pesar de que la rápida aparición de los maletillas no permitió exprimir al máximo el lucimiento del astado a cuerpo limpio. No obstante, se vieron algunos quiebros destacables e incluso algún salto. En la muleta, el de Villanueva cogió a uno de los maletillas que trató, con mucho valor y mérito, de torearlo sentado en una silla. Afortunadamente, todo quedó en un susto -le volteó pero se levantó por su propio pie- y el propio maletilla volvió a la cara del toro para dejar otra serie de muletazos. Por último, el tercer novillo fue un animal más incierto y complicado, pero que mantuvo el interés durante toda su lidia y ofreció buen juego en líneas generales. En la muleta resultó más complicado, pero a cuerpo limpio el de Villanueva embistió con transmisión y un punto de exigencia que aportó importancia a todo lo que se le hizo en el ruedo. De nuevo, se vieron grandes detalles al quiebro y algún recorte muy ajustado. Además, un joven fue volteado por el novillo pero aparentemente todo quedó en un susto. En el posterior desencierro, los novillos completaron el recorrido con rapidez y sin ofrecer grandes complicaciones.
Al menos dos heridos en un exitoso encierro a caballo en Ciudad Rodrigo