El cuarto y último encierro de las fiestas de Guadalajara, con toros de la ganadería de San Martín, en sustitución de la rechazada corrida de Adolfo Martín, resultó terrorífico y caótico. Tan solo cuatro de los seis toros consiguieron llegar a la plaza; los otros dos, quedaron rezagados en el inicio del recorrido tras salir con retraso de los corrales y terminaron volviendo a los mismos. Además, el hecho de no tener cabestros escoba, hizo imposible ayudar a los toros a seguir el recorrido previsto. Finalmente, desde la plaza, se volvieron a soltar los cabestros que habían corrido el encierro y así ayudaron a enchiquerar de nuevo a los dos astados sueltos.
Durante el encierro se vivieron momentos de mucha tensión. Los toros se abrieron a ambos lados de la calle, realizaron derrotes hacia los corredores y dos de ellos, que quedaron rezagados desde mitad del recorrido, dejaron varios sustos de importancia. Un joven se vio sorprendido por uno de los toros que se volvía en dirección contraria a la plaza y lo embistió con violencia y fuerza. Muy fea la cogida del joven tras voltearlo. Además, el otro astado rezagado al entrar a la plaza alcanzó a un joven y se ensañó con él durante varios segundos interminables. Lo levantó por los aires y lo zarandeó en el suelo hasta que el resto de corredores consiguieron llamar la atención del animal. Pocos minutos después, el cuarto toro entró a la plaza y estuvo a punto de coger a varios aficionados que apuraron para saltar al callejón. El astado también rompió unas tablas al rematar contra ellas. Finalmente, y tras más de diez minutos de encierro, se dio por concluido un encierro caótico y tremendamente accidentado.
A continuación, adjuntamos el cuarto y último encierro de las fiestas de Guadalajara: