Últimamente, ya en numerables ocasiones me he encontrado en discusiones sobre la fiesta de los toros con antitaurinos y ateos de la tauromaquia. Pero no con antitaurinos furibundos del puño en alto que solo razonan sus pensamientos, si no con aquellos que de alguna manera u otra se puede dialogar.
Tristemente he sacado conclusiones y he podido observar que tanto ellos, los antitaurinos, y nosotros, los taurinos, partimos de unas ideas enclaustradas sobre la fiesta que siempre vomitamos sobre el que nos lleva la contraria. No razonamos detenidamente sobre lo que decimos y dicen.
Deberíamos de quitarnos del repertorio muchas frases que hemos oído y repetimos sin sentido, cuando en realidad nos exponen más de lo que nos pueden llegar a defender. Sobre todo, las peores considero que son aquellas que nos justifican. Como si el torero o el taurino que acude a una plaza estuviera haciendo algo malo de lo que necesitara pedir perdón. Y, sobre todo, dejar de engañarnos a nosotros mismos.
El toro si sufre porque es un animal. Pero es un animal diferente. Con el mínimo dolor se viene arriba y no sabe lo que es el miedo. Ni siquiera un león tendría ese comportamiento. Bien es cierto que habría que revisar los argumentos que nos hacen verosímiles. Pero es exactamente eso lo que nos cualifica, la verisimilitud, la verdad. Son los argumentos de los antitaurinos los que se basan en la mentira, sobre todo en el desconocimiento. Es hora de informar y educar.
Algo que siempre leo en sus pancartas y que me dicen constantemente es que la tortura no es arte ni cultura. Simplemente es una frase que rima. Cuando les doy una respuesta basada en la razón su única contra es el silencio. Cómo se puede decir tal barbaridad y quedarse a gusto sujetando la pancarta.
Mi respuesta es directa. La tauromaquia es cultura porque es la actividad en España que más palabras y expresiones ha aportado al lenguaje castellano. Hasta usted señor antitaurino las utiliza y no lo sabe. Estar para el arrastre, coger el toro por los cuernos, que te hagan una encerrona, verlo desde la barrera, que un sitio esté hasta la bandera, poner los cuernos, tener mano izquierda. Y podría seguir. Carlos Abella ha escrito un libro de más de 180 páginas solo con expresiones taurinas que utilizamos a diario.
Pero hay más razones. Acaso no es suficiente para usted que Francisco de Goya dedicara 44 grabados para retratar los pasajes de la carta histórica sobre “El origen y progreso de las corridas de toros en España”, escrito nada más y nada menos por Nicolás Fernández de Moratín.
Y prosigo ya por darle la puntilla (otra expresión). Hay más pintores Sorolla, Velázquez, Picasso, Joan Miró… Espero que usted antitaurino los conozca porque empiezo con los escritores. Lorca, García Márquez, Caballero, Vargas Llosa, Hemingway y los que me dejo en el tintero de autores como Miguel Hernández, Ortega y Gasset, Tierno Galván o Miguel de Unamuno. El último expresó que no le gustaban las corridas, no porque fuese un espectáculo cruento, sino porque se perdía mucho tiempo hablando de ellas.
Cuando ya han borrado la cultura del cartel me pongo hablar del arte. Aquí la discusión es corta. A caso hay algo más subjetivo que el arte. Primero hay que saber la definición de esta palabra. La cualidad más importante de este término es la capacidad de emocionar a aquel que te está viendo, leyendo o escuchando. Usted no se emocionará porque no ha ido nunca a una corrida en Las Ventas y saca sus argumentos de Twitter, pero hay millones de personas en España, Francia, Portugal y Latinoamérica que sí. Se han quedado sin cartel. Bueno en realidad lo han guardado por vergüenza torera (otra más).
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Arte es todo aquello que me conmueve, me apasiona, me ilusiona, me produce miedo, satisfacción, alegría, me pone los pelos como escárpias, y lo encuentro en el teatro, en la música, en la pintura, en la literatura, en el amor, en la amistad, en el toreo, en la propia Naturaleza que divisó, y nadie, digo nadie, me tiene porqué decir lo que para mí es arte, ni prohibirme ninguna sensación, siempre que yo no haga mal a nadie.
Lo dejo ahí.
Gracias por la comprensión de unos, y que les den a los otros, ¡Y SI LES GUSTA, NOOOO!!!