- Editorial vía: ARRIBES TAURINAS
El toreo y la derecha deben darse un tiempo. El primero por dignidad, y la segunda por vergüenza. Este ‘noviazgo’ no tiene futuro. ¿Qué relación tiene futuro cuando una de las partes tan sólo se dedica a sacar brillo a los zapatos de quién le pisa en los momentos más críticos? ¿Qué noviazgo tiene futuro cuando el máximo apoyo que le muestra al otro es hacerse fotos en busca de votos? ¿Qué futuro tiene la Tauromaquia y el toreo si se siguen escondiendo tras la bandera oportunista de la derecha política? La pandemia nos ha ayudado a responder a todas estas cuestiones: el toreo y la derecha deben darse un tiempo. Un tiempo largo. El tiempo suficiente para que los políticos nos vean como un sector imprescindible para la cultura de España durante 365 días al año, y no diez días cada cuatro años en periodo electoral. Muchos dirán ahora que la izquierda es mejor defensora de los toros por este desencuentro del sector con la derecha. Pero no se equivoquen. El toreo debe darse un tiempo con la derecha, sí. Pero con la izquierda ese tiempo ya se lo dio hace tiempo y no se ve final en el horizonte. La Tauromaquia debe distanciarse de la derecha, de la izquierda y plantar cara a ambas. A la política.