- Artículo vía: JUANJE HERRERO
Los concursos de recortes están cada día más presentes en los pueblos, sembrando la emoción en los tendidos. Cada día son más los concursos de recortes que se dan en nuestro país. Muchas empresas tienen su propia liga, y generan expectación, emoción y economía, sobre todo para los ayuntamientos. Son muchos los recortadores que cada día son más valorados entre los aficionados. Las novilladas y concursos de recortes no tendrían que competir, si las primeras fueran algo más asequibles económicamente, y los ayuntamientos podrían formar sus fiestas con dos e incluso tres eventos de diferente índole. Primando la variedad de los espectáculos.
La temporada pasada se dieron cerca de 250 novilladas picadas, comparando con los años 90 que podían alcanzar en una temporada 600 novilladas picadas, se nota en exceso el descenso de los del castoreño. Algo que poco a poco ha ido ocupando el concurso de recortes en exclusiva. Muchos pueblos daban dos, e incluso tres festejos, un concurso y varias novilladas. Hoy es inviable.
Mientras que los concursos de recortes son un festejo popular más asequible y que suele generar beneficios, las novilladas se han convertido en un lastre para muchos ayuntamientos. Una pena, porque por desgracia el futuro de los jóvenes, la regeneración pasa por los pueblos y sus novilladas.
Algo interesante que se podría hacer es descender costes de las novilladas. Empezar a quitar gastos de ayudas, de mozo de espadas, 3 subalternos y 2 picadores. Debemos aliviar la carga a los novilleros, que en ocasiones no tienen “ni pa pipas”. Eliminar la figura del ayuda, quitar un banderillero, y un picador por cuadrilla. Habría que abaratar costes, unos 5000 mil euros por festejo. Si no empezamos abaratar costes, poco a poco, el festejo popular irá sustituyendo muchas ferias taurinas.
Por desgracia, hoy falta afición para llenar novilladas y prima la economía. Sin embargo, el mundo del recorte vive su época dorada. Dos festejos opuestos, pero a su vez lleno de matices, uno ha sabido enfocarse adecuadamente en arraigo popular, mientras que el otro no ha sabido evolucionar para adaptarse a la economía actual, haciendo muchas veces inviable su presencia.
- Imagen de portada, vía: @alb_bautista