• Crónica vía: DAVID BUSTOS

“Nubarrón” fue un galán. Un modelo a la altura de la París Fashion Week, pero sin pasarela. En plena gota fría. Con el cielo amenazando con descargar, y un pueblo convertido en el fortín de la Tauromaquia popular. En el foco de todas las miradas. Burriana y “Nubarrón”, más allá del dineral que costó el animal, pasarán a la historia como protagonistas de una de las tardes de mayor expectación de los últimos años en los Bous al Carrer. El de Partido de Resina fue bello y fue malo. Fue serio pero no bravo. Una decepción que no salvó su presencia. Era un toro para fotos y hasta para eso, la suelta fue un chasco. La tardanza para colocar el cajón, tirado por los caballos, hizo que la noche se echara encima y la luz escaseara en Burriana. Y por si fuera poco, también hubo tiempo para lamentar un percance eludible. Una cogida que, como muchas otras, podría haberse evitado si la inteligencia prevaleciera sobre la incongruencia. Un señor, de no poca edad, fue volteado en carrera -suerte que el toro pasó de largo- cuando el toro corría de una parte a otra del recinto taurino. Pero está claro, ni viendo la cara al lobo, aprenden… La mansedumbre de “Nubarrón” se transformó en la frustración de muchos aficionados que esperaban otra cosa. Soñaban con la bravura y se toparon con la deserción de “Nubarrón”. Entre carrera y carrera, se rompieron los sueños. Y la ilusión.

https://youtu.be/K5D1f63X__Q

• Imagen vía: ADRIÁ AMBROSIO
  

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