Pasadas las 11 de la mañana en la localidad de Mojados (VA), salían desde un corral situado en el campo tres toros de pelaje negro junto con una voluminosa parada de cabestros.
Con una masificada afluencia de caballos, se iniciaba un trayecto corto hasta el pueblo.
Uno de los astados se desviaba de la manada a los pocos metros de salir, dirigiéndose a un pequeño pinar. Los otros dos consiguieron llegar al amplio embudo. Uno de ellos entró a las calles junto a la mayoría de los bueyes, ya que uno de los bezados, se desvió de la manada, introduciéndose por detrás de las talanqueras del embudo y causando momentos de tensión entre los asistentes. Finalmente, consiguió entrar.
El otro toro restante, se había quedado asentado en una tierra en medio del embudo, por lo que varios caballistas le rodaban sin que el animal prestara mucha atención debido al notable cansancio. Entonces se decidió bajar a los bueyes a por los dos toros restantes, sin éxito en el del pinar y consiguiendo hacer hilo con el otro para conducirle hacia las calles. Una vez allí, el toro sin fuerzas fue cogido con un cajón para llevarlo a las inmediaciones de chiqueros de la amplia plaza de Mojados.
* Crónica e imágenes vía: #MarioSantos.