La tarde del pasado domingo en Las Ventas tardará mucho tiempo en olvidarse. La gran corrida de Victorino Martín, y la heroica tarde de Paco Ureña, que terminó alzándose con la Oreja de Oro en el centenario de tan señalado premio, pusieron el broche de oro al ciclo isidril
La tarde de Paco Ureña fue tremendamente importante y heroica. Se jugó la vida como hacía muchísimo tiempo que no se veía en esta plaza. Se entregó hasta casi entregar su propia vida con un primer toro que resultó una ‘alimaña’. Muy complicado y orientado el ‘victorino’, que le cogió de manera dramática durante la meritoria faena de muleta. Le pisoteo y le golpeó durante largos segundos en el suelo. Pero se repuso Ureña, visiblemente dolorido y mermado, para cerrar con dignidad la faena y tirarse a matar de verdad. Con todo. Con el alma. Lo atrapó con violencia por el pecho el de Victorino, y tan solo un milagro de Dios le libró de una tragedia. ¡Por dónde viajaron los pitones! Y qué manera de honrar al toreo, al toro, a la suerte suprema y a Madrid. Qué grandeza la de Paco Ureña en su plaza. En ‘su’ Madrid. Le negó la oreja el Presidente, que sin embargo sí la concedió en su segundo toro, el de mayor lucimiento y clase de su lote. Un buen toro, frente al que selló un vistoso y destacado inicio por bajo, antes de hilar varias tandas rotundas con la mano derecha y un puñado de naturales de los de verdad. Sin engaños. Puros. Le cortó la oreja. Pudo sumar otra en el quinto, tras una faena de exposición, y de nuevo, una entrega admirable y de infarto. ¡Por donde se pasó los pitones! Cómo se la jugó el murciano. Lo mató tirándose con todo de nuevo, y aunque la espada cayó en lo alto, el de Victorino se tragó la muerte y demoró su caída, haciéndole perder la posibilidad de trofeo y de la Puerta Grande. Sin embargo, más allá de trofeos, Ureña dio un golpe sobre la mesa, cuajando una de las tardes más importantes de San Isidro, y reclamando más oportunidades y un mejor trato en los despachos.
Hoy, Arribes Taurinas ha tenido la oportunidad de hablar con él sobre su triunfal tarde en Madrid, su inicio de temporada, y muchas cosas más…
P. En primer lugar, ¿cómo te encuentras tras lo sucedido el pasado domingo en Las Ventas? Fue una tarde tremendamente importante, impactante, pero en la que sufriste hasta tres revolcones y una fuerte paliza.
R. Me encuentro bastante mejor. Poquito a poco voy mejorando, y la verdad es que me encuentro mejor.
P. ¿Finalmente todo se quedó en los golpes?
R. Sí, gracias a Dios solamente han sido los golpes, los traumatismos… pero no ha pasado a mayores.
P. Los momentos de mayor tensión se vivieron con el primer toro, una auténtica ‘alimaña’ de Victorino. En el primer percance, quedaste a merced del toro en el suelo durante muchos segundos. El animal apenas hacía caso a los capotes de los banderilleros y compañeros… y en los tendidos todo se vivió con mucha angustia. ¿Qué se le pasa a un torero por la cabeza en esos momentos? Imaginamos que se hacen interminables…
R. La verdad es que sí. Fue mucho tiempo debajo del toro que se hace interminable, pero al final lo único que piensas es en salir lo antes posible, y ver que estás bien para poder seguir.
P. A pesar de las complicaciones que mostró el toro durante toda la faena, te tiraste a matar con todo en un gesto de entrega indiscutible, y absoluta. De hecho, hay una foto en la que se puede ver cómo el pitón del toro te atraviesa prácticamente la chaquetilla al entrar a matar.
R. Creía que el toro se me iba a venir fuerte hacia mí, y un poco vencido. De hecho, en la suerte en la que lo puse, yo sabía que él me iba a apretar, pero que me iba a ayudar más a matarlo. E indudablemente cuando son toros de triunfo, después de hacer ese esfuerzo, y por respeto al animal y al público, había que matarlo lo mejor posible.
P. Sabemos que no eres un torero de entrar en polémicas, de buscar excusas… pero la realidad es que la gente se emocionó, se metió de lleno en la faena desde el principio y finalmente pidió la oreja de manera mayoritaria. Injustamente y sin explicación alguna, el presidente la negó.
R. Bueno, es algo que ya ha pasado, y que también le ha ocurrido a otros compañeros a los que injustamente se les ha negado algún trofeo este año. A mí ya me viene ocurriendo tanto en Valencia, como en este San Isidro, y aunque yo no soy una persona de quejarme, sí me gusta contar las cosas como son. Pienso que, sin entrar a hablar de justicia o injusticia, porque ser injusto o no en esta profesión es una cosa muy compleja, hay que cumplir un reglamento, y sobre todo no podemos olvidar que el presidente tiene al lado a un asesor, que ha sido profesional y que tiene la obligación de explicarle al señor presidente que hay un reglamento al que todos nos regimos, y que dice que si hay una petición de oreja mayoritaria por parte del público se debe de conceder. Lo pido no solo por mí, si no también por mis compañeros. Hay compañeros que han estado tremendamente bien y el hecho de privarles de cortar un trofeo, de cara a sus carreras y a las contrataciones, siempre es una excusa más para no darles el mérito suficiente. Así lo pienso yo, pero no voy a entrar en polémicas, ni voy a quejarme, ni mucho menos.
P. Mucha gente comentó que no quisiste dar la vuelta al ruedo por la no concesión de la oreja, pero la realidad es que estabas muy dolorido tras los percances, ¿verdad?
R. No la di porque pensaba que todavía me quedaban dos toros por delante y quería guardar energías. Agradeciendo por supuesto que me pidieran esa vuelta al ruedo, pero era consciente de que me quedaban dos por delante y que tenía que dar lo mejor de mí, e intenté reservar fuerzas. ¡Ojalá y la hubiese dado! Pero creía que debía de guardarme todas las energías que tuviese para afrontar los siguientes toros.
P. La tarde, además de esa parte heroica que volvió a relucir frente al quinto toro, también tuvo momentos de toreo muy despacio y varias tandas de importancia. La faena al tercer toro fue una constatación de que, además del valor y la entrega mostrada en el ruedo, Paco Ureña tiene el toreo en sus manos y en su cabeza.
R. Afortunadamente mi segundo toro me dejó expresarme. Creo que fue un buen toro. Por el pitón derecho tuvo mucha profundidad, y me permitió torearlo. Luego por el pitón izquierdo también tuvo cosas buenas, pero sí es cierto que por ahí el toro se vino un poco abajo y se afligió. Quizá también influyó el hecho de la paliza, que a veces te merma un poco y no estás lo fresco que debieras. Pero hubo momentos muy bonitos con ese toro, la verdad.
P. Comentaba hace pocos días otro torero en una entrevista, que estamos en el momento en el que menos paciencia se tiene, también en el mundo del toro. Quizás eso explique un poco lo vivido en el quinto toro. Una faena de entrega absoluta, de tragar y consentir mucho a un toro muy venido a menos; una buena estocada que podía acercarte a la Puerta Grande; y un toro que se tragó su muerte hasta el final, que amagaba con caer en repetidas ocasiones, pero que era muy difícil de descabellar. Quizás eso explique el hecho de esperar a que el toro cayera.
R. Pienso que las personas no queremos ver sufrir a un animal, o en esa agonía. Yo creía que ese toro era difícil de descabellar, porque estaba muerto. Pienso que no tenía sentido intentar descabellarlo para fallarlo, pegarle seis o siete descabellos y hacerle sufrir más al animal, cuando ya estaba muerto. Yo pienso que había que tener esa paciencia, para dejarle morir dignamente como creo que se deben de dejar morir a los toros, y creía que no debía de descabellarlo porque lo veía muy tapado, y lo más normal es que le hubiera dado cuatro o cinco descabellos, y no merece un toro hacerle sufrir así porque sí.
P. Finalmente, te quedaste a un paso de la Puerta Grande de Madrid, la que hubiera sido la segunda en tu carrera, cuatro años después de aquel importante triunfo en 2019. A pesar de ello, imaginamos que la ilusión y las ganas de volver, quizás en Otoño, y especialmente en el San Isidro de 2024, son muchas. La tarde del domingo y ganar la Oreja de Oro en una fecha tan especial tiene que servir, y más en Madrid.
R. Lo de que tiene que servir es muy relativo. Ya tengo una cierta experiencia en mi carrera y sé cómo está siendo todo. Todos deseamos que así sea, y que me sirva, ya no solo de cara a mí, sino también de cara a los aficionados. El hecho de darles aquello que demandan, que puedan ver a los toreros que el público quiere ver. Me apasiona torear, es lo que más me gusta… deseo torear, y ojalá y todo esto se refleje donde debe. Pero la realidad es que tampoco sé muy bien qué ocurrirá. Ojalá que todo sea como deseamos todos, y que pronto vuelva a torear. De momento tengo casi dos meses por delante hasta Santander que es lo siguiente que tengo, y me voy a centrar en intentar ser mejor torero, y ojalá que pueda estar lo antes posible en Madrid, porque es mi plaza y porque así lo deseo.
P. Muchas veces se dice que las empresas organizan sus ferias y los carteles en base al tirón de los toreros en las taquillas. En función de lo que generan. Y en el caso de Paco Ureña, a lo largo de los últimos años, tarde en la que has toreado en Madrid, tarde que se ha colgado el «No Hay Billetes» o se ha rozado el lleno absoluto. Es decir, hay una demanda y un reclamo de la afición por verte en Madrid.
R. Gracias a Dios y le agradezco a todos los aficionados y a la vida darme el privilegio de que cada tarde que he toreado en Madrid se haya puesto el «No Hay Billetes» o el lleno. Para mí es algo que nunca tendré las suficientes vidas para agradecer tanto a esas personas que sacan una entrada para verme como al toro, que es por lo que estoy aquí. Me siento un privilegiado, y espero que cada tarde que salga a la plaza, lo haga cumpliendo las expectativas que todos los aficionados tienen, y yo también.
P. Tras ese importante año 2019, con la Puerta Grande de Madrid como uno de tus grandes hitos, el trato por parte de las empresas no hizo justicia a los méritos logrados en el ruedo. Pero a pesar de que el trato no ha sido el adecuado, la afición ha sabido esperarte, y me atrevería a decir que no ha perdido ni un ápice de confianza en ti, y en tu toreo. Madrid es el mejor ejemplo de ello, y el pasado domingo se demostró, a pesar de que en la primera tarde de este recién finalizado ciclo isidril no tuviste suerte. Ese apoyo de la afición es fundamental para cualquier torero, ¿no?
R. Para mí es un balón de oxígeno. Ese año 2019 cuajé una tarde muy importante y pude cumplir el sueño de salir a hombros por la Puerta Grande de Madrid, que indudablemente era un cosa que soñaba. Pero hasta el día de hoy han pasado ya unos años, y he toreado creo que han sido dos corridas de toros después de esa puerta grande, en los años 2021 y 2022. Es cierto que en esas dos tardes, yo tampoco di la mejor versión de mí. Me encontraba en una situación personal muy complicada, que me afectó muchísimo y que me pasó factura. Yo no fui capaz de dar la mejor versión de Paco Ureña, pero gracias a Dios todo se solucionó. Ahora soy de nuevo yo, y creo que el domingo volvió a salir en la plaza. Junto a mi confirmación, esta tarde ha sido la más importante de mi carrera en Madrid.
P. Todos los toreros necesitan esa continuidad para mostrar su mejor versión, y en tu caso, el 2019 fue la confirmación de ello. Pero más allá de buscar excusas, a falta de oportunidades, siempre has hecho uso de tu personalidad, de tu entrega, de tu verdad… y eso el aficionado lo ha sabido entender y valorar. Es, quizás, lo que mejor caracteriza y define tu concepto del toreo.
R. Sí, indudablemente. El ser yo mismo e interpretar el toreo como lo siento. A veces cuando eso no ocurre y no estoy en ese punto, no se ve lo que realmente se espera de mí y yo soy consciente. Pero trabajo cada día por dar eso que todos esperan de mí, y que yo también espero.
P. Esta semana se comentaba en las redes sociales que eres el torero más transparente del escalafón. Sin embargo, a pesar de esa sinceridad que siempre has mostrado en los ruedos, nunca has caído en el victimismo, en la exageración, en intentar transmitir pena al aficionado o a las empresas… De hecho, tras el percance de Albacete y tu posterior reaparición en los ruedos, dijiste que el mayor éxito sería que los aficionados se olvidaran de ese problema cuando te vieran torear. En tardes como las del pasado domingo en Madrid, que rozan incluso la épica, creo que ese objetivo se ha logrado.
R. Yo creo que sí se ha conseguido. Gracias a Dios ni se habla, ni la gente va a verme porque tenga un problema de visión. Van a verme porque quieren ver a Ureña, y yo ni he intentado dar pena nunca, ni he querido aprovecharme de una situación que tampoco sería lógico hacerlo. Indudablemente siempre hay alguna mala persona que a veces me han acusado y han dicho con mucha frivolidad que yo era una persona triste, que mi cara daba pena… pero todo eso llegó incluso a producirme hasta risa, porque quién quiera saber cuál es mi historia, que se ponga mis zapatos. Mi cara es el reflejo de lo que soy, para bien y para mal. Yo no puedo cambiar mi cara, ni cada arruga que tengo en mi piel porque refleja una trayectoria y un camino por el cuál he transitado y estoy transitando.
P. Precisamente si hay una palabra que resumen la historia de Paco Ureña, desde sus comienzos, es «lucha». Nadie te ha regalado nada de lo conseguido hasta el momento.
R. Ha sido el camino que la vida me ha marcado, y por el cual estoy muy agradecido. Si hubiese tenido la varita para elegir otro tipo de camino, no ya delante del toro, sino en el sentido de que el camino hubiera sido un poco más llano y más fácil, pues lo hubiese hecho y me hubiera evitado mucho sufrimiento, y muchas cosas desagradables que han ido ocurriendo en el camino. Pero este es mi camino, y me siento feliz porque gracias a él estoy aquí, y doy gracias a la vida y a Dios por todo.
P. Es momento de hablar de algunas plazas que han marcado tu carrera como matador de toros.
Comenzamos por Bilbao. En el año 2019 logras un hito histórico y sin precedentes: cortas cuatro orejas en tan solo dos toros. Nadie lo había conseguido hasta entonces. Y tres años después, en tu regreso el pasado año a la plaza de toros de Vista Alegre, trenzas el paseíllo en el cartel más señalado de la Semana Grande, nada más y nada menos que con Morante de la Puebla y Roca Rey, aunque finalmente le sustituiría Alejandro Talavante. Esa tarde, la afición te obligó a saludar al inicio del festejo por lo logrado en 2019, y luego terminarías cortando dos importantes orejas, a pesar de resultar herido. Con todo ello, se puede decir que hay un idilio entre Paco Ureña y Bilbao.
R. Sí, la verdad es que es una plaza en la que curiosamente he podido hacer un hito en la historia: nadie ha conseguido cortar cuatro orejas en dos toros. Y es una de las plazas en las que más a gusto he conseguido sentirme, creo que es de las mejores aficiones del mundo, junto a Madrid y a otras plazas. Me encanta Vista Alegre, me encanta torear allí y es cierto que en cinco tardes he cortado nueve orejas, siendo una plaza tan importante… La puedo considerar como una de las más emblemáticas de mi carrera.
P. Entendemos que tras el triunfo logrado el año pasado, veremos a Paco Ureña en Bilbao en 2023.
R. Pues eso es lo que deseamos todos, el primero yo. Ojalá cuando se inicie una negociación, vaya todo por el camino más correcto y podamos llegar a no faltar a una cita que la espero tanto durante todo el año.
P. Si antes hablábamos de la importancia de Madrid en tu carrera, del idilio con Bilbao… lo de Valencia no se queda atrás. Este año, hiciste doblete y cuajaste una faena de mucha importancia que perfectamente hubiera podido ser merecedora de las dos orejas. ¿Qué ha supuesto la plaza de Valencia en tu carrera, y cómo valoras tu paso por la Feria de Fallas este 2023?
R. Para mí ha sido y es una plaza muy importante, hasta el punto que elegí torear y reaparecer en Valencia tras mi percance. Valencia me ha dado muchísimas cosas. Es una plaza en la que he podido vivir tantas cosas y emociones en ella, que gracias a Dios es una de mis plazas. Este año por fin, después del año 2019, he podido actuar e indiscutiblemente para mí ha sido la mejor faena que he hecho en Valencia, este año con un gran toro de Montalvo. Y quizás, esa haya sido la mejor faena que yo haya podido realizar en mi vida profesional, hasta ahora.
P. Pasando de Valencia a Sevilla… La Maestranza es una plaza en la que Paco Ureña también ha dejado momentos importantes a lo largo de su carrera. En el recuerdo de todos los aficionados está esa faena en el año 2016 al toro «Galapagueño» de Victorino Martín, al que cortaste las dos orejas. Sin embargo, a pesar de haber dado la cara en todos tus compromisos en Sevilla, el año pasado entraste por la vía de la sustitución, y este año no te hemos visto acartelado en su temporada.
R. El año pasado pudo ser una de las tardes más completas que yo he tenido en Sevilla en su conjunto, de estar con los dos toros a gusto, y matarlos. Pero hubo también un problema con el palco. Esa tarde se pidieron con muchísima fuerza las orejas a Cayetano, y se le negaron. También a mí, y se me negaron… Fue una tarde de esas raras que cambian mucho por la decisión del palco. Pero la tarde del pasado año en Sevilla fue de las más compactas de toda mi temporada. Y este año no ha podido ser, no ha habido contacto para torear en Sevilla, y con todo el dolor de mi alma y de mi sentimiento torero, pues la he visto por televisión.
P. Otra de las ferias en las que entendemos que duele no estar es Pamplona. Una feria que siempre se ha caracterizado por ser justa con los toreros. Cualquiera que cortaba una oreja, repetía al año siguiente. Sin embargo, en tu caso, a pesar de haber cortado una importante oreja en el año 2022, no has sido anunciado en la Feria del Toro que se celebrará en tan solo un mes. ¿Qué ha ocurrido?
R. No ha ocurrido nada, simplemente no nos han llamado. Me duele porque me encantaría torear en Pamplona. Ha sido una plaza muy importante en mi carrera pero habrá que esperar al año que viene, y desear que el próximo año se den las circunstancias y podamos estar allí.
P. Por último, vamos a hablar de Murcia, de tu tierra. Este año finalmente se reinaugurará el coso de Sutullena, de Lorca. Tu casa. Tu plaza. Imaginamos que ese día, no podrá faltar Paco Ureña. ¿Qué supondrá para ti y para la Región de Murcia en su conjunto, la apertura de una nueva plaza?
R. Actualmente Lorca necesita tener ese revulsivo. Con todo lo que se está viviendo conmigo y con otros toreros murcianos, es importante poder disfrutar de una plaza más en la región. Lorca siempre ha sido muy importante en el panorama taurino en nuestra Región, y una gran plaza de toros. Supone cumplir el sueño de todos los aficionados, con esa lucha y esa pelea que ha tenido el Club Taurino de Lorca que ha sido incansable e incombustible, y al cual le agradezco tanto esa pelea. El esfuerzo también por parte del Ayuntamiento de comprar la plaza, y llevar esto a buen puerto es de agradecer. Creo que va a ser algo muy importante y deseamos que Lorca pueda hacer y tener una fecha importante, no solo en el calendario taurino regional, sino también en el calendario taurino mundial. Que podamos crear una fecha en la que cada vez que se anuncie un evento en esa plaza, acuda la gente. Ese es nuestro deseo.
P. Estamos acostumbrados a centrar la atención siempre en Madrid, en Sevilla… pero todo ese esfuerzo que ensalzas del Club Taurino de Lorca y de todos los aficionados murcianos, evidencia que la Región de Murcia tiene una gran afición a la tauromaquia, y que mantiene viva esa ilusión por los toros.
R. Sí, en el caso del Club Taurino de Lorca llevan una lucha brutal desde el año 2011, por todo el panorama nacional, con esas pancartas de «Sutullena Ya», peleando y peleando… es digno de estudiar. Esa pelea, y esa lucha que han llevado es algo tan apasionante y tan grande que el día que se materialice todo, no nos vamos a creer el hecho de haber cumplido este sueño.
P. Hasta aquí la entrevista. Agradecerte enormemente la amabilidad, la oportunidad, y desearte mucha suerte para el resto de la temporada, y para el futuro. Gracias torero.
R. Muchísimas gracias a vosotros.