El tercer encierro del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo (Salamanca), con toros de la ganadería de El Pilar, se desarrolló con rapidez y mucha limpieza, a diferencia de los encierros de los días anteriores en los que sí hubo que lamentar heridos. A pesar de que los toros terminaron llegando a la plaza en diferentes grupos y momentos, el encierro no se alargó demasiado y a lo largo del recorrido se vieron algunas carreras destacables y meritorias. Las posteriores capeas y desencierros contaron solo con la suelta de cinco toros, puesto que otro quedó se lastimó en el camión antes de comenzar el encierro matinal. En líneas generales, los toros de El Pilar ofrecieron buen juego y mantuvieron el interés durante las diferentes sueltas. La movilidad y la nobleza fueron las dos virtudes de un encierro -aunque alguno tuvo el defecto de salir más suelto del embroque y otros tuvieron menos lucimiento en las muletas- que permitió disfrutar a recortadores y maletillas, así como también al público y a los aficionados allí presentes. Además, no hubo que lamentar heridos ni percances -en la jornada vespertina, uno de los astados se golpeó en un burladero y se decidió enchiquerarlo- durante las capeas. Por último, los desencierros se desarrollaron con rapidez y sin grandes problemas. Sin embargo, en el desencierro vespertino -además de la lluvia- sí hubo un susto en la zona de los Pinos.