El día de ayer en Cali se lidió un encierro de la ganadería de Salento. Los toros estuvieron desigualmente presentados, saliendo al albero dos flojos de presentación, dos justos y dos correctos. En lo que respecta al juego, presentaron complicaciones propias de su encaste que no pudieron ser resueltas por los tres integrantes del cartel, que tuvieron en común la pesadez con los aceros.
Miguel Ángel Perera tuvo una tarde para el olvido. A su primero, un toro de buena embestida, le realizó una faena insulsa con muletazos trompicados. Si bien es cierto que al extremeño le tocó la peor parte del aguacero, el ventarrón y la tormenta eléctrica de ayer, esto no lo excusa para lo mal que anduvo. Para rematar, por pasarse de faena tuvo complicaciones para igualar al toro, al que finalmente mató de una estocada trasera y seis horrorosos golpes de descabellos.
En el que le correspondió en segundo lugar la cosa fue a peor. Perera no quiso ni verlo y después de un par de muletazos de tanteo, le cogió asco y quiso abreviar sin siquiera intentarlo. La cosa terminó en bronca después de un mete y saca, una media trasera y cuatro golpes de descabello. Sonaron los tres avisos y el toro se fue a los corrales con medio estoque entre sus carnes.
Luis Bolívar tuvo una tarde sin mucha trascendencia. Al segundo lo recibió con dos largas cambiadas seguidas por un ramillete de chicuelinas. Paso seguido le realizó una faenita cuyo único aliciente fue la inexplicable música otorgada por el hetorodoxo palco presidencial. Al penúltimo de la corrida, que hizo un espectacular salto al callejón, no le supo medir los tiempos y lo dejó ir sin aprovecharle lo poco que tenía. Algún sector del público tomó partido por el burel y lo puso de presente coreando “toro toro”.
A Alberto López Simón le correspondió en su primer turno el peor toro de la corrida. Un animalito anovillado que careció de fuerza y recorrido. Intentó por todos los medios, pero le fue imposible ya que ante el menor sometimiento el toro se iba de bruces. En contraste con lo anterior, en último turno le toco pechar con el mejor presentado de todo el encierro. Tiplecito, un cinqueño de 460 kilos que estuvo en la frontera de la bravura. El madrileño, cuya tauromaquia en vez de evolucionar involuciona, no logró encontrarle la comba en palo y perdió la pelea ante el embestidor toro.
Ficha del festejo: Quinta de feria en Cali. Poco menos de media plaza. Se lidiaron toros de Salento desiguales de presentación y juego. Miguel Ángel Perera: estocada trasera y seis golpes de descabello (división de opiniones); dos mete y saca, media trasera y cuatro golpes de descabello (bronca monumental tras el toque del tercer aviso). Luis Bolívar: tres pinchazos, estocada corta y descabello (algunas palmas); pinchazo y estocada fulminante (palmas). Alberto López Simón: mete y saca, dos pinchazos y estocada (palmas); estocada traserísima (división de opiniones).
- Crónica vía: Juan Camilo Caicedo (@jchipi)
- Fotografía vía: @PlazaTorosCali